Cada día,
que pasa,
me pregunto,
que pasará,
cuando me llegue,
el final,
y mis versos,
como pétalos,
de rosas,
queden marchitados.
Mi poesía,
morirá conmigo,
y me convertiré
en uno,
de esos poetas,
del pasado,
que yacen,
bajo tierra,
solos y olvidados.
Pero tengo,
la esperanza,
que un alma pura,
estudiará mis letras,
y encontrará,
muchos misterios,
y todos,
sus significados.
Le pasaré,
mi esencia,
para que sea,
el siguiente,
en heredar,
el don,
de los condenados.
Estaré observando,
desde los reinos celestiales,
y velando,
por aquellos,
que por mis poemas,
quedaron contagiados.
El poeta del olvido,
para mostrarte,
toda una vida,
solo necesita,
una pluma,
y una hoja,
en blanco,
y te hará volar,
como arcángeles alados.
Me despido,
con lágrimas,
en mis ojos,
y un dolor,
en el pecho,
por sentimientos,
que me oprimen
para que mi humanidad,
en el pozo,
de la nostalgia,
los deje acorralados.