para hallarte intensa cuando la voz prescriba
y nada sea necesario.
A mi horario de sombras te traigo,
para dejar despierta la esperanza de tu mano de humo
y sentir tu calor de plenilunio en flor;
cuando el verano insista y te declare hembra
de vista y pensamiento.
Porque me siento vivo cuando dejo de soñarte
y me reclino ante tu mármol arrogante y derretido;
me cuesta tanto hacerme a los caminos de la noche
Y escucharte muda.
Porque sé de tus dudas y tus llantos
cuando tu voz se inunda de quebrantos y lamentos;
te quieren mis brazos
y mis trazos te dibujan;
te escriben mis bocas
y te escuchan mis latidos;
te buscan mi lucha y mi derrota
y a los pies de tus deseos
me despojo de imprevistos.
En los oscuros rincones de tu talle me desvisto
para darte cuerpo y sangre;
para anidarte en mis pechos
y esperarte despojado en tu lado brutal y quebradizo.
Encadenado al hechizo de tu barro;
quiero sentirme mortal entre tus manos de cera
y que la espera nos halle entrelazados talle a talle,
lengua a lengua.
Después, cuando las horas nos fallen
y los sueños se detengan;
llévame contigo a las arenas
y déjame dormido cuando tus noches vengan;
que no quiero volver…
si tú te quedas.
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