que no puede dejar de hablarte,
doy toda la tinta del mundo,
para que dibujes en mi cuerpo una y otra vez,
usa tu lengua de pincel seré tu maldita condena y tu bendita liberación no es amenaza,
es mi deseo.
No es promesa,
es mi placer no conozco arma tan letal ni tiro tan certero,
como el fuego de tu alma y de tu cuerpo entero...
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