CREDO Estoy maldito. Para poder entregarme a tu besos. Bajé al infierno al tercer día resucité de entre los muertos; pero no quiero sentarme ni a diestra ni a siniestra de Dios Padre Todopoderoso. He tenido que recorrer la miseria de mis días. Nacer, morir y resucitar. Para poder mirarte. Lavar mis ropas. Matar mis mentiras. Creer en mis palabras. Entregarme a tus deseos. Bajé al infierno al tercer día resucité de entre los muertos. Dios no me quiere ni a diestra ni a siniestra. Condenado a tus ojos ciertos, a la pérdida constante de mi orgullo. A pronunciar tu nombre… sabiendo que prefiero demonios, ángeles caídos, vampiros y cuervos. Condenado al enamoramiento absurdo que tanto detesto. Dios me hizo un hombre libre y confinó mi libertad a la tibieza agobiante de tu sexo. Dios te hizo malditamente bella para lograr que mi alma de unicornio deje de causar delirios y tormentos. Hubiese preferido una tumba. Ser crucificado en invertidas cruces de silencio. Yacer en el fuego azul de mi propio infierno. Suicidio, locura o sufrimientos. Condenado al enamoramiento infame, a pronunciar tu nombre como si fuese la oración que redime los lamentos. Un día olvidaré mis manos inertes, frías piedras en la noche del desierto, para volcarme en tu nombre de ángel y ser la parte amarga de tus huesos. De tanto amarte en mi nefasta conciencia un día olvidaré que soy de piedra y bajaré al infierno de tu mano; pero no habrá ni tercer día, ni resurrección… ni otra maldita condena. Hubiese preferido una tumba. Una cruz negra. Pero el Dios que maldijo mis voces me dio un corazón de niño, una voz de poeta. Una mujer que será mi amor, mi carcelero. Inspiración constante. Muerte eterna. La sombra que me sigue. Mi otro yo. Mi absolución. El perdón de todos mis pecados. Mi obscuridad, mi propia tumba y mi veneno. Creo en la sangre y el pecado, en los ángeles caídos, en el fuego azul de cada infierno. Creo en el amor que me derrumba, en Lucifer que me gobierna, en la maldición de los recuerdos y en la muerte eterna… Amén. |
Extraño Extraño a los amores que están lejos A las mujeres que me hicieron soñar llevándome de la mano por el borde de la luna Extraño a las que me dieron alas para soñar y a las que se desangraron voluntariamente para que la muerte dejara de mirarme con infernal deseo... Extraño a aquellas que me devolvieron a la poesía que me recordaron mis manos teñidas de trementina y de lágrimas Extraño a las que lloraron con mis penas y a aquellos que juraron al cielo vengar mi absurdo nombre Ahora que nada tengo me nutro de recuerdos Intento crear otros sueños volver día a día a mi centro Hoy tengo la sagrada soledad de la melancolía Ahora me construyo desde la destrucción total de mi alma en porfía Pude pegarme un tiro Saciar mi sed con veneno Ver mis venas entregando la vida Atar una soga a mi cuello y lanzarme de pronto... al vacío... |
ODA A LA VENOSA SANGRE El tiempo sigue su curso Me refugio en la noche Camino lento buscándote Por laberintos humanos Huelo tu venosa sangre Voy a tu encuentro abismal Soy tu eterna pesadilla Soy el brujo de la hoguera El vampiro muerto hace siglos Aun no te puedo encontrar Deseo tu vital líquido Dame tu oscura señal Veo tus oscuros ojos Al fin puedo verte, mi espectral mujer! Mis mortales miedos huyen! Toco tus pechos cadavéricos! Mía, como en otros siglos Bésame con tu boca mortal El sacrificio es esta noche Soy tu victima, eres mi victima Cierra tus ojos mientras corto Con el puñal, tu pálido pecho. La blasfema noche sonríe. Tu negra sangre yo besaré. La humana vereda nos ve Salpicándola con tu esencia Mi boca ruge con placer. Mi lengua sabor a tu sangre Clavo mis colmillos en ti Con tu sangre me envenenaré. El humano sol se asoma Volveré a mi necrópolis Deberé alejarme de ti Hasta que otra vez, la noche Una nuestros oscuros poderes. Si el sol me toca pereceré. Por siglos busque este poder Sé que mi soledad se esfumó En mi camino al sepulcro Relamo la sangre que quedó En mi puñal de sacrificios. Por ti yo blasfemare Mis hermanos lobos aúllan El viento se regocija Dormiré hasta que la señal Me despierte para verte Y así volver con mis orgías De odio, sangre y muerte. |
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