tenerte era solo estirar mi brazo
y entonces te atraje hacia mí,
puse mi mirada en tus ojos…
¡Y prendí la llama de tu fuego!
tus miradas eran reciprocas,
provocaban el amor,
y por primera vez en tu vida
te penetre con la mirada,
Mis manos te acariciaban la piel
y reconocían palmo a palmo
la hermosura de tu cuerpo,
lentamente iban despojando tu ropa,
Tu quedaste totalmente desnuda,
yo me retire un poco para poder
admirar tu belleza,
¡tu cuerpo hermoso!
¡Solo te podía comparar con Afrodita!
Luego me acerque a ti y tu respondiste
a mi forma de caricias y entrando en el ritmo
del amor ibas ayudando a despojarme la
ropa para acompañar tu desnudez,
Igualmente…
tú te separaste para contemplar
mi cuerpo, que era delgado y atlético
los dos formábamos unas estatuas
de carne sensual y al contemplarnos,
¡Ardió nuestro fuego de pasión!
Mis manos ya sentían el calor de tu
sensualidad entonces…
¡Penetraron en tu cuerpo!
Para hacerte vibrar de esa emoción
que hacía que hablaras un idioma inexplicable,
Todo alrededor nuestro era fuego
y finalmente…
¡Penetre en tu alma, en tu corazón
y en tu cuerpo!
Para unirme a tu idioma que empecé a entender
era un idioma gutural que enviaba
ciertos mensajes de amor de clamor,
de éxtasis pasional
¡Todo en una entrega corporal!
Después vino la tranquilidad, la calma
descansando nuestros cuerpos
en nuestro lecho de amor,
que parecía que estábamos …
¡En nubes de algodón!
Nuestras miradas seguían platicando,
el silencio hacia música que acompañaba,
Ese coloquio entre miradas,
todo fue una entrega de amor,
tan pura, tan sensual, tan tierna
tan sutil, que la felicidad inundo…
¡Nuestros cuerpos, llenándolos de amor!
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