Hoy llueve, los edificios gotean lágrimas...
veo sus saltos sobre la barandilla de la terraza y me parece música.
Son las ganas líquidas de verte las que han abierto las nubes con su llanto.
No es melancolía, sino la certeza de que conocernos,
es lo que ha dejado de ser un sueño para transformarse en realidad.
La cálida caricia de tus manos son libertad en mis pensamientos,
la ternura que se derrama hasta ser pasión desencadenada en todos los movimientos...
eres esa dulce imagen que no detiene su curso sobre las cosas,
sino que me devora el alma de sensaciones maravillosas.
Ahora ante los ventanales del inmenso salón de mi hogar,
con la chimenea frente a mí,
desato el corazón para abrirlo entero...
me has partido el alma en dos mitades perfectas y ninguna me pertenece...
es una delicada ausencia la de tu piel en mi piel...
y me siento mujer...amante...compañera..
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