seré libre.
Cuando vibre entre tus cuerdas,
me amarán tus tierras y tus salitres.
Cuando dedique mi empuje a tu barrera
y entre los dos estallen primaveras y veranos;
nos hablarán las manos y las miradas,
las despiadadas horas y las auroras
y en lo profundo del nervio nevarán gemidos
y lloverán sudores,
sobre las flores de azahar de tus delirios.
Cuando escuches de mi voz el canto
y sea tanto el fuego que nos queme;
cuando apenas quede campo
donde sembrar sabores;
cuando seamos avaricia
y en la ventana pintemos corazones
con pinceles de rocío;
será mío el río de tu entraña
y tuyo el desafío de morir entre palabras
y nacer entre razones;
de callar en las canciones y gritar en los latidos;
de matar el pensamiento
y disfrutar del infierno de tocarnos,
tarde a tarde,
palmo a palmo.
Cuando el aire huela bravo
y el desnudo acuse;
cuando escuche que me nombras
y las sombras nos disculpen;
cuando sepa como saben tus estepas
y tus valles;
cuando calles en mis labios
y tu locura me busque;
me encontrarás enredado,
entre mis piernas de dulce
y tus dedos de pecado.
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