sintiendo el aroma de la vida,
para acabar sumida en un sueño,
del que jamás podrá despertar.
Es tan delicada y especial,
que los ángeles en noches,
donde la luna alumbra el cielo,
descienden a la tierra,
para poderla escuchar.
El ser humano ignora,
los misterios que siempre,
han estado en su interior,
y que no a logrado encontrar.
Mientras escribo cada palabra,
en una hoja amarilla,
corroída por el paso del tiempo,
para hallar la verdad,
mas en mi corazón,
debo profundizar.
Es difícil seguir el camino,
cuando mi amante,
es la puta soledad,
ella me seduce,
para que no deje,
de escribir,
y así el lector,
mis sentimientos,
pueda analizar.
Muchas veces quiero perecer,
para recorrer el averno,
caminar entre cráneos rotos,
y probar la sabiduría,
del pozo del conocimiento,
para volverme a levantar.
Nací con un don,
el cual algún día,
ya no estará conmigo,
porque dice la profecía,
que otra alma,
en tiempos venideros,
lo tendrá que heredar.
En mi cuarto,
melancólico perdido,
miro a través de la ventana,
las estrellas me consuelan,
y como niño inocente,
de nuevo vuelvo,
a la cama a soñar.
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