Llevo muchos años viviendo sobre la faz de la tierra 
y miles mas viviendo en las tinieblas eternas...
Soy un alma solitaria y creo que seguiré así hasta el fin de mis tiempos...
Me gusta alimentarme al despertar...
Y nunca me alimento de la sangre de los animales...
No hay nada que me sacie mas que la sangre de los humanos...
La noche es parte de mi esencia...Su oscuridad es mi cómplice... 
Y la luna es mi amada eterna... 
Uno de mis placeres son los libros y la observación nocturna...
Se que tal vez no lo creas...Pero soy la madre y reina de los vampiros...
Si es que aún quedan de ellos sobre la faz de la tierra...
Puedes seguir tu camino o detenerte ante mi...Y caminar a mi lado...
Seras aceptado solo si crees en la magia...
Si es así...Sigue mis pasos...En este mundo que ante ti se abre..

martes, 24 de mayo de 2016


Los arboles del cordón
se negaron a echar hojas,
cuando a un niño lo enterraron
debajo de unas baldosas

Esta historia que les cuento
es cruel y verdadera,
cuando yo era pequeño
me la contaba mi abuela.

En un pueblo rural
de aquella España profunda,
dejaron embarazada
a una pobre niña muda.

Vivía sola con su madre
de padre desconocido,
y no la dejo de salir a la calle
hasta después de a ver parido.

Cuando nació la criatura
debajo de la chimenea,
le hicieron la sepultura,
para que nadie lo viera.

Fue en un invierno muy frio,
cuando encendieron el fogón,
y a un medan escalofríos
contar lo que allí paso.

María la del cordón
al poner en el fuego la sartén,
la voz de un niño grito
madre, que me quema usted...

Cuando la abuela llego
y al niño escucho llorar,
todo el mundo se entero
porque sus gritos de terror
al pueblo hicieron temblar.

Llego la guardia civil
y su crimen confesaron,
pero los arboles del cordón
poco a poco se secaron.

Esta historia es verdadera
porque en las noches de verano
me las contaba mi abuela.

Y según aquel testimonio
la madre y la hija murieron
locas en un manicomio.

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