encomiendo mi destino
salgo a pelear por ti,
por la felicidad que nos debemos.
Al lado del horizonte me despido
sé que jamás volveré
sé que tú no extrañaras mi mirada
y así cruzo el estío.
Soy un guerrero bajo tus órdenes
peleo, guerreo, muero, renazco
pero ya no vuelvo a pisar tu camino
ni a recibir tu triste y cansada mirada.
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