
cuando el sueño me abandona,
cuando la tortura del insomnio
se apodera de mi ser,
que algo en mí siente el llamado
de un corazón que llora,
que me nombra ante la aurora,
que es amargo como hiel.
Y le busco en mis recuerdos,
trato de saber quién es,
y esa sensación triste,
que me envuelve con cadenas,
crece y crece con la pena,
del que en vano me espera,
y a mis espaldas vocifera
por el castigo impuesto por su ley.
En el mar de mis costas yo te veía,
y con la arena jugueteaban mis pies,
mientras la desdicha me consumía
y las lágrimas se negaban a aparecer,
pero venías cariñoso a mi encuentro,
a mi lado en esa playa te hacías un lugar,
acto seguido me abrazabas
y de inmediato empezaba a llorar.
Hoy entre mis sueños eres ausente,
beso al insomnio en lugar de desearte a ti,
el frío de la brisa de las costas de mi patria,
es de mi alma un anhelo sinfín,
no te conozco ni deseo verte,
serás entre mis fantasías un fantasma vil
que arrastra las cadenas de la soledad,
por negarte a venir cuando yo te esperé.

No hay comentarios:
Publicar un comentario