La casa es caliente y fría hayun animal que tiembla caído en el cepo
en el hueco negro le oigo aletear
trae la pena siniestra las plumas
con la mancha del hollín; pero canta la planchadora
es oloroso el vapor el cuidado de la ropa blanca
como en la herrería cuando el hombre fuerte
sumerge en agua el hierro al rojo
y se alza un silbido que calma el miedo;
ayuda beneficia sentir a los vecinos
sumirse más en lo oscuro; la trenza de un día así
que respira da calor y la casa calienta
su piel fría allá vamos nocturnos
nos movemos con vida por un tiempo indefinido;
hay uno que barre las hojas del patio
otro mide un campo da pasos entre los árboles
y otro se guarda dentro pisa alfombras se asoma
a ver el baile al viento de un vestido de mujer vacío;
pero ella plancha levanta ese vapor
protege del invierno tranquiliza.

No te quedes con la rabia,hazlo con los sueños cumplidos, no te quedes con las palabras que no dijiste ni con la esperanza del perdedor, quédate con el hambre de ternura, con las luces apagadas, con las voces acalladas con besos.
No te quedes con los arrebatos pero si con las prisas, con el tiempo que pasaste anclado a mis labios, con la búsqueda inagotable de tus manos en mi cuerpo, con los recuerdos sin necesidad de justificarlos, con las voces cómplices.
No te quedes con las preguntas que no sirven de nada, quédate con las sombras mas hermosas, con el aire acariciando nuestros cuerpos, con el agua que nos hizo estar en esa burbuja, con el viento que nos recorra el alma, con las locuras aunque nos hicieran caernos.
Quedémonos con la sonrisa que nos brota si me piensas si te pienso si nos pensamos.
No te vayas, quédate a mi lado... sólo esta noche por favor.