Llevo muchos años viviendo sobre la faz de la tierra 
y miles mas viviendo en las tinieblas eternas...
Soy un alma solitaria y creo que seguiré así hasta el fin de mis tiempos...
Me gusta alimentarme al despertar...
Y nunca me alimento de la sangre de los animales...
No hay nada que me sacie mas que la sangre de los humanos...
La noche es parte de mi esencia...Su oscuridad es mi cómplice... 
Y la luna es mi amada eterna... 
Uno de mis placeres son los libros y la observación nocturna...
Se que tal vez no lo creas...Pero soy la madre y reina de los vampiros...
Si es que aún quedan de ellos sobre la faz de la tierra...
Puedes seguir tu camino o detenerte ante mi...Y caminar a mi lado...
Seras aceptado solo si crees en la magia...
Si es así...Sigue mis pasos...En este mundo que ante ti se abre..

martes, 15 de noviembre de 2016



A solas conmigo
Hay un silencio en el alma
en mutis quedó en el verso
de aquel silencio perverso
ya no hay ruido, todo es calma.

quedó oscuro el universo
no alumbraron las estrellas
los recuerdos dejan huellas
con el tiempo no es adverso.

De aquella soledad mustia
Entristecieron las flores
Lo mismo deje en amores
Las penas y las angustias

Dejando caliente el nido
no esperando al sol naciente
Quedándome plenamente
Como un querubín dormido

y viajé a la trascendencia
Busque lo desconocido
De nuevo encontré silencio
la paz . . .había nacido.


Ahora que en mis sueños atardecepor última vez escribo en el vértice del frío
y sólo tú podrás quebrar mi sombra.
Si hubieras visto el mar anegado de flores,
y tu palabra en tus manos y en mis manos el aire
ardiendo entre dos gotas de rocío,
comprenderías por qué construyo el mundo
en este lienzo en que las olas son olores.
En el vértice del frío.
Cada día, cuando se marcha el sol,

la soledad se pinta los labios,

y las uñas, y se peina.

Se pone un ajustado traje de noche

y sale dispuesta a hacer la ronda,

a visitar, uno por uno

a los solitarios, a sus fieles.

La soledad, en un bar,

toma una copa con un joven.

La soledad acompaña,

en un autobús,

a una muchacha triste

que regresa a casa

Besa a un mendigo

y lo deja dormido en un portal.

Da unas vueltas

con los últimos serenos

y se entretiene

con un portero de noche.

Llega a la garita,

de un soldado,

y hace guardia con el.

charla con una prostituta

aburrida…

Se mete en la cama

con un presidiario

que no tiene sueño,

y le habla de la vida de fuera.

La soledad acompaña

a un camionero

unos kilómetros.

Compra algo

en una farmacia, de guardia.

Entra en los hospitales,

bromea con los taxistas,

sube a visitar a un anciano

enfermo.

La soledad arropa

y acuna a un niño

que se ha despertado

y tiene miedo.

Va de un lado para otro,

sin descansar,

y sin olvidar a nadie.

la soledad llega a tu casa

y se sienta junto a ti

y se fuma contigo

un cigarrillo

y se toma una copa.

La soledad es

la princesa de la noche.

la inevitable compañía

de los insomnes

y de los noctámbulos.

Hay una coplilla
de flamenco que dice:

“Soleá no es estar solo
es estarte a ti queriendo
y que tu quieras a otro”

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