Llevo muchos años viviendo sobre la faz de la tierra 
y miles mas viviendo en las tinieblas eternas...
Soy un alma solitaria y creo que seguiré así hasta el fin de mis tiempos...
Me gusta alimentarme al despertar...
Y nunca me alimento de la sangre de los animales...
No hay nada que me sacie mas que la sangre de los humanos...
La noche es parte de mi esencia...Su oscuridad es mi cómplice... 
Y la luna es mi amada eterna... 
Uno de mis placeres son los libros y la observación nocturna...
Se que tal vez no lo creas...Pero soy la madre y reina de los vampiros...
Si es que aún quedan de ellos sobre la faz de la tierra...
Puedes seguir tu camino o detenerte ante mi...Y caminar a mi lado...
Seras aceptado solo si crees en la magia...
Si es así...Sigue mis pasos...En este mundo que ante ti se abre..

sábado, 20 de agosto de 2016

No cuestionaré el carácter del amor,
ni preguntaré lo que la razón aconseja.
Trato de encontrar mis estados más salvajes
para dejar fluir hasta sofocarme
ríos eternos de vino, lujuria y sangre.
Más no logro hallarme…No logro hallarme.

Tengo la cabeza colmada de millones imágenes,
se atropellan, me visten de negros mantos.
Son amorfas, huecas, frías, inservibles,
la improductividad es un demonio que acosa.

Entre los gentiles, el mono rojo observa.
Critica con la falsa moralidad de su cerebro,
con la objetividad ciega de sus congeladas emociones
e indiferente acicala la cola y acomoda la barriga.
Hoy puedo decir que conozco el infierno

Soy la novia de sus funestos vacios,
la que pare versos muertos en la plaza pública.
La vagabunda de sus paisajes ruinosos,
tras seis estaciones de espera, áridos tableros.

No hay castillos, ni espejos, ni jarrones dorados,
solo colosales puertas y ventanas tapiadas,
inmundas escaleras y sordos corredores.
Soy la que vaga entre circunferencias abiertas,
la condenada a morar en sus reinos sombríos.

El resultado de sus falsas divagaciones espirituales.
Un sueño estacionado en un tiempo sin tiempo.
Un experimento de sus debilidades y flaquezas.
Una reina rota vestida de harapos clavada a su silla.

La miserable que comió de su pan y danzo en sus fiestas.
El perfume prohibido de sus falsos templos.
La antítesis de sus discursos, la dueña de sus egoísmos.
La emperatriz de sus pasiones desbocadas.
La espesa brea que corre por sus venas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Mi amor total, mi muerte en vida, mi horror en la vida... La pena y la desgracia, el olvido y la tristeza... Y yo aquí, esperando la et...