que cubra los sentimientos que de mi alma escapan.
Hilvano los pedazos de seda del vestido roto de la luna,
que unan los jirones que la vida me a dejado con el paso de los años.
Tejo la telaraña que tapa la cueva oscura y depresiva,
para que mis pensamientos no puedan escapar por completo.
Escarbo entre piedras y escombros
de una construcción antigua que queda después de una guerra,
para encontrar los motivos que me lleven a volver a construir.
Corto desde la raíz,
la mala hierba que empezó a crecer entre las flores ocultando mis virtudes.
Sacudo todo el polvo que me cayo durante la explosión para que se vea el brillo de mis cualidades.
Vuelvo a acomodar los colores del arco iris,
para tomar los pinceles de la vida y reiniciar de nuevo mi pintura.
Me arranco y me desprendo de la ropa vieja que cubría mi alma,
que añejaba y atrapaba a mi espíritu que gritaba por salir.
Busco la ropa perfecta que proteja mi corazón,
que cubra mis emociones frágiles para que no les vuelvan hacer daño.
Me cubro del frió de tu ausencia,
de la apatía e indiferencia de este mundo incierto,
del desamor con el que conviven,
para no perder mi esencia,
para no sentirme sola,
para no dejar de pensar en ti...
para no dejarte de amar.
que corrompen la vida,
que acaban y mutilan por su honor,
por venganza,
por fanatismo,
por poder y egoísmo de un mundo que ha perdido el control.
La ausencia plena del sentimiento amor,
que desgarra sus prendas ante la impotencia de un mundo perdido.
Gritos de auxilio que gritan en silencio,
cuerpos fúnebres que pagan sin deber,
Horrendo cuadro que penetra mi mente,
que me sume en la impotencia de una humanidad ególatra.
Callada, sin habla cruzó la avenida de un basta,
que se pierde en el océano de no importas.
Un mundo que se desmorona entre sus propias manos,
humanidad sin amor a la vida.
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