el verdadero paradero
de nuestro cáliz secreto
Solo los dos sin creernos creemos
que no tiene buen aspecto
por más que lo exiliemos
el madero de este añejo credo
Inventamos causa sin efecto
solo pasajes y pretextos
demasiada sobre carga
para la espalda del respeto
Las caricias caducaron
los besos quedaron obsoletos
manos fingiendo no conocerse
ojos que por falta de luz cerraron
cuerpos que tres veces
negaron que en uno se fundieron
que jamás se susurraron
se alimentaron o prometieron
Pero por más que guardemos
nuestro corazón en un ataúd
con su cara y con su cruz
Solo los dos sabemos
que cuando acaben estas letras
plegarias ateas de un poeta
que más allá de ese lugar infernal
en el cual nos escondemos
más cerca de ese mar celestial
que nos quiso bautizar
como impíos enamorados
Cuando acaben estas letras
este y mil poemas juntos rezaremos
como creyentes que mienten
cuando desmienten sus pecados
Porque solo los dos sabemos
en que versos nos queremos
y en que versículos nos odiamos
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